El pitbull, raza canina muy reconocido en todo el mundo, se caracteriza por ser un perro de un tamaño más bien mediano, pero de una contextura física muy marcada en su musculatura envuelta en una piel gruesa, de mirada penetrante, cuello largo y una cabeza proporcionada con su cuerpo, de actitud desafiante y agresiva, tanto que en sus orígenes se dice que siempre ha sido utilizado como un animal de peleas clandestinas. Pero, por otra parte, se ha tachado de un animal fuerte física y mentalmente, ágil, poderoso e imponente, lleno de confianza y principalmente, un excelente compañero para sus humanos, capaz de transmitir entusiasmo y amor.
Dada esta descripción, decirle “Pitbull” a alguien es apodar a una persona con características similares a las del canino en lo valórico: fuerza, coraje, liderazgo, agilidad y agresividad -en el buen sentido obviamente- siendo estas virtudes que muy pocos tienen y trascienden entre sus pares. En nuestra Liga Internacional IFL hay registro de un pitbull extraordinario, que marcó un antes y un después para el club Hattrick específicamente, y que más allá de eso, se encargó de ser siempre el emblema en un grupo de amigos oriundos de la comuna de Maipú en base a la competencia y el talento que derrochaba en la cancha de fútbol.
Esta es la historia de un equipo de fútbol que es parte de nuestra competencia y que rinde homenaje domingo a domingo a un verdadero pitbull, a uno que decidió partir de esta vida terrenal para hacerse eterno en los recuerdos de todos quienes lo querían y que jamás lo olvidarán. Esta es la historia del club Pitbull Urbina FC, la historia del gran Mauro Urbina.
«Desde que Mauro partió hace cuatro años más o menos, veníamos con la idea de hacer nuestro propio equipo en su honor. Lo intentábamos cada año y no resultaba por distintos motivos, hasta que un momento, con mi primo, Gonzalo Gutiérrez, el “Guty”, dijimos ‘pongámonos más serios’. Empezamos a trazar líneas, juntar plata, ver si reuníamos las condiciones con jugadores y de a poquito se fue dando todo», nos empieza a narrar Claudio Aguirre, representante y jugador del club, además, amigo de Mauro Urbina.
Pitbull Urbina FC se cimenta de la amistad de un grupo de amigos que vienen jugando juntos desde los 13 y 14 años aproximadamente en donde la gran base creció como hermanos y, con los años posteriores, vivieron un proceso muy importante junto a Mauro que fue el de llegar al club Hattrick:«Hasta el día de hoy existe una relación de amistad muy íntima y cercana con ellos porque jugamos juntos durante 10 años, y justamente Mauro era nuestro capitán”, señala Claudio, y agrega: «Todo nace a partir del cariño que nos tenemos, de chiquititos que jugamos juntos y este club, en el 80% de plantilla, conocieron a Mauro y nos queremos todos como hermanos, somos un club que va más allá de juntarse todos los domingos, frecuentemente nos vemos en las casas, compartimos cumpleaños nuestros y de nuestros hijos, hay familiares de por medio y familiares del propio Mauro».
Claudio, profesor de Matemáticas de profesión, nos dice que el club se mantiene gracias al esfuerzo personal de cada jugador que compone el Pitbull Urbina FC, y ha sido algo que por ahora ha funcionado muy bien desde la parte administrativa y económica. Sin embargo, más que cualquier organización como club deportivo, todo recae en el valor y el significado que tienen estos jugadores por Mauro: «El equipo nace en homenaje a él para mantener vivo su legado. Ha sido maravilloso porque en la fecha de nuestro debut oficial fue su mamá y le regalamos la camiseta 8, la que en el Clausura 2021 estuvo fuera de la planilla, además de una jineta de capitán con la foto de Mauro», nos dice Claudio.
«Cuando llegó el momento de formalizar todo esto, fue muy hermoso. La insignia es un pitbull en honor a él, y reitero lo importante que fue la entrega del equipo a la mamá y una jineta simbólica, fue un momento único, todos emocionados hasta las lágrimas. Hay mucho cariño y amor en esto», y agrega: «El 13 de diciembre del 2020 fue un día muy importante para nosotros porque es el cumpleaños del Mauro y ese día nos pasaron las camisetas, fue cuando materializamos que el club iba en serio, se dio toda la coincidencia. Ese es el día en que nace el club propiamente tal».
Cada persona tiene el derecho de hacer y cumplir con su voluntad, pero siempre con la noción de cómo puede afectar en tus cercanos, aunque muchas veces sea una desgracia para ellos. La decisión de Mauro caló hondo en sus seres queridos, por lo que Claudio, con mucha emotividad, se sincera y explica lo que el “pitbull Urbina” era para su núcleo de amigos: «Ese momento quedamos devastados. Mauro era un hermano más, nos veíamos todos los fines de semanas, cuando chicos estábamos siempre metidos en nuestras casas, jugábamos Play y fútbol todo el día, siempre fue el capitán y fue un momento que nos dejó bien marcado”.
Sin embargo, ante la pena, Claudio reluce una importante reflexión sobre este terrible momento y que traspasa la frontera que existe entre una cancha de fútbol y la vida misma: “La partida de Mauro nos dio la fuerza para unirnos incluso aún más; nos dejó la enseñanza que, si bien podemos considerarnos muy amigos, no basta con sentirlo, sino, hay que demostrarlo, hay que estar ahí, hay que apoyarse, preocuparse por el otro. Hay que aprender a ser un real amigo». Esta misma fortaleza que tuvieron para salir adelante fue la que los llevó a ser parte de ese exitoso Hattrick que fue tricampeón hace algunos años: «El primer campeonato que ganamos en Premier fue para Mauro, ahí se nos unieron muchos jugadores dándose inéditos campeonatos seguidos para el club. Como Pitbull Urbina FC valoramos ese proceso y nos sentimos parte de esa linda historia», señala.
En lo que respecta en lo netamente futbolístico, Pitbull Urbina FC hizo su debut oficial en nuestra Liga Internacional IFL ya que como club le gustó nuestra organización, la cual ya conocían por tradición debido a su pasado en Hattrick. En la cancha, se consideran un equipo competitivo, con excelentes individualidades y una gran química grupal; no por nada consiguieron un respetable vicecampeonato en la Master del Clausura 2021, siendo el equipo más goleador, con el máximo artillero del campeonato y, además, con la portería menos batida. Al quedar en segunda posición, obviamente lograron el ascenso a la Premier, donde en el actual Apertura 2022 están en su disputa palmo a palmo con la mayoría de los equipos debido al gran nivel que hay en la serie.
A pesar de los buenos resultados, en su interna saben que deben catapultar este homenaje con una copa, pero no por el anhelo de levantarla, sino, porque es algo que Mauro hubiese querido a toda costa: “Yo creo que Mauro está feliz, y con lo competitivo que era él, espero que se sienta identificado y muy tranquilo de que todos vamos a representar al club con la misma fiereza con la que él lo hacía para jugar este deporte», finaliza Claudito Aguirre.
Un equipo con sello de hermandad que cuando se para en la cancha, parecen ser once pitbulls correteando y dominando el juego, con agresividad, fuerza, ímpetu y nunca con el corazón rendido ante la adversidad con la que ya se han enfrentado. Tal vez, más que el planteamiento, más que los goles, más que el juego en sí, acá se prioriza representar la esencia de Mauro Urbina en el césped, siempre con el liderazgo que lo caracterizó, el mismo que lo hizo tan importante entre sus amigos en vida y eterno en la memoria, porque si algo es cierto, es que no muere aquel que no es olvidado, y el pitbull vive domingo a domingo, siempre al acecho del rival que tiene al frente.
