Arribaron este año a nuestra competencia, en un principio tuvieron más de un tropiezo, a lo largo de todo el semestre jamás se alzaron en el primer lugar de la tabla, pero nadie los pudo sacar de la lucha por el título. Remaron y batallaron desde atrás, con todo en contra, y el premio fue el más grande de todos los merecimientos, un ascenso anticipado y una copa más que emocionante.

La última jornada marcó al Familia como una llena de incertidumbre, ya que esto no dependía de ellos: Huracán tenía la más clara de todas las opciones de alzarse como campeones nuevamente después de algunos años, y para ello debía ganar o ganar su compromiso frente a Drink Team FC, ya que, aunque existía igualdad de puntos con Real Familia, su Fair Play era mucho más favorable. Sin embargo, el destino quiso otra cosa y se dio un empate lleno de dramatismo, siendo un golpe muy duro para el cuadro del tifón.

Con esto, toda la responsabilidad y oportunidad únicamente recaía en el cuadro de la familia, quienes no dudaron en hacer su trabajo y se quedaron el triunfo ante World Pallet Eco, siendo esta, la primera vez que se encontraron con el primer lugar a lo largo de todo el semestre, y se dio en la mejor de las instancias, la cual los dejó con el mayor de todos los premios en la competencia.

Pero este premio va más allá del depender o no de otro resultado, del ganar o no un partido, va más allá de cualquier estadística o probabilidad futbolística. Si no, se basa más en lo valórico que conlleva ir contra la adversidad, y así lo puede explicar Juan Valenzuela, capitán del nuevo campeón Master: “Hubo partidos que nos hicieron tocar fondo, y desde ahí se marcó una tendencia para revertir los resultados; fue un torneo maravilloso porque nos hizo crecer como equipo, como plantel, como institución y estamos muy felices en la Liga”.

Juan, quien es el encargado de llevar la jineta, se encargó más en ser un líder, en poner paños fríos cuando las cosas se descontrolaban, y en levantar a sus compañeros cuando la situación era adversa, por lo que se obtiene un doble mérito a la forma en que logró llevar a su equipo hacia la consagración: “Hay que tener carácter, somos muy fuertes, y uno tiene que ser el primero en poner el pecho a las balas. Solamente estoy agradecido de ellos”, dijo con mucho orgullo.

Real Familia FC Sr, que en un momento estuvo en el segundo lugar y a cuatro puntos de diferencia de su más cercano rival, Huracán FC, se consagró campeón gracias a un punto que alcanza Juan en su declaración: “Ganamos porque el nombre lo dice todo, somos una Familia”.

En lo técnico, “Familia” significa grupo de personas, normalmente unidas por lazos legales, que conviven y tienen un proyecto de vida en común. En lo biológico, es un conjunto de ascendientes, descendientes y demás personas relacionadas entre sí por parentesco de sangre. Pero este cuadro demostró que es mucho más que eso; es un lazo irrompible en donde no importa la sangre o legalidad, importa el cariño, la hermandad, el amor, la confianza y la fraternidad entre los pares, entre jugadores e hinchas, entre amigos y amigas, y siempre es más lindo cuando hay un balón de fútbol de por medio. Sin duda, esta fue la razón y base principal para un campeonato que se ganó partiendo desde atrás.