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PARA MAURO URBINA, EL PITBULL

PARA MAURO URBINA, EL PITBULL

De las historias más emotivas que hay en toda Liga Internacional IFL es la de Mauro Urbina, histórico jugador de nuestra competencia que defendió siempre los colores de Hattrick, siendo multicampeón y quedando en la retina del club. Conocido siempre como el “Pitbull”, hace algunos años partió de este mundo terrenal para quedar siempre en la eternidad, y es por ello que sus más cercanos decidieron homenajearlo de la mejor forma; en la cancha, con un equipo nuevo que lleva su nombre, pero principalmente, que representa su legado, el cual, después de varios intentos, tomó mayor fuerza ahora último con la consagración del título Master en el último Clausura 2023.

La campaña fue monstruosa, siendo un elenco que prácticamente realizó un semestre prácticamente perfecto, logrando diez triunfos y un empate, siendo el cuadro más ganador entre todas las series de la competencia. Algo de esto lo pudo explicar Claudio Aguirre, líder en la cancha y dirigencial, de los artífices de este gran proyecto que hoy por fin se consagra: “Fuimos un equipo bastante regular, un plantel muy holgado gracias a Dios, tuvimos harto recambio, pero siempre se mantiene la misma mística, equipo que somos todos amigos, somos todos del mismo barrio, y todos amigos de Mauro; hasta que lo logramos, tercer intento consecutivo y aquí estamos, felices de ser campeones”, dijo muy emocionado.

Y en todos los jugadores fue esa la sensación; de que por fin se logró. En dos ocasiones se cumplió un ciclo muy ácido para el cuadro del pitbull, que en dos ocasiones anteriores llegaron a la final Master y cayeron ante Huracán FC y Rey de Copa respectivamente, logrando de todas formas un ascenso que no se mantuvo y los obligó a bajar de categoría. Ahora, con un plantel más amplio, mayor compromiso y una clara idea de juego, lograron bajar esa estrella tan esquiva.

Gonzalo Gutiérrez, el “Guty”, histórico jugador de la competencia y hoy, uno de los capitanes del nuevo campeón Master, dijo: “Yo creo que el compromiso va primero por la familia; segundo, por el legado que dejó nuestro gran amigo, y esa motivación, entusiasmo no es solo dentro, también es por fuera porque mantenemos un grupo de más de diez años, pasamos de un club a otro, pero eso no le resta nada a lo que somos como equipo. Estamos contentos, al fin lo logramos, lo que buscábamos, y vamos por más. Ahora empieza el legado de Pitbull Urbina FC”, aseguró.

Felipe, hermano de Gonzalo, y también uno de los dueños de la jineta del equipo, también tuvo palabras muy emotivas para lo que significa este título más allá del campo de fútbol: “Estamos super emocionados por lo logrado, a pesar de que somos un equipo amateur o como se le quiera llamar, la pasión está, sobre todo por el objetivo que teníamos, así que se logró y feliz”.

Además de ser el cuadro más ganador, fue también de los más goleadores, de los que menos goles en contra recibió. La campaña fue tremenda y así lo supieron todos sus rivales siempre. Pero más que los números, y volviendo a mencionar lo que ya se dijo anteriormente, lo que sale a flote es la tremenda historia que hay detrás, y el legado que -como dijo Gonzalo- ahora empieza a escribirse; “En lo personal, estoy feliz de poder representar a Mauro con todos los amigos en la cancha, una mezcla de sentimientos muy grandes; vino su mamá a la final, todo esto nació por él y para él. El lema de nosotros es que siempre ‘somos uno más’, porque si bien en cancha juegan once, siempre somos doce porque su espíritu siempre está”, expresó muy emocionado Claudio Aguirre.

Por su parte, Felipe indicó que: “No tendría palabras para lo que él (Mauro Urbina) podría decir, pero sí está muy contento y feliz de que hayamos salido campeones”, mientras que su hermano complementó: “Sabemos que está celebrando con nosotros, era parte importante, era el capitán, el motivador e inspirador dentro de la cancha, sabemos que estaría aquí saltando con nosotros, estaría más feliz que nosotros. Este campeonato está dedicado a él y su familia”, cerró.

Les tocó estar en el piso, tuvieron que rearmarse, a veces no completaron los once jugadores en cancha, pero la base siempre estuvo ahí, porque fueron precisamente los artífices de este proyecto que se atrevieron a continuar pese a toda adversidad. Y es que el motivo y la causa era más importante que cualquier otra, venerar el nombre del jugador, del hijo, del hermano, del primo, del amigo y del capitán que fue en vida, y que hoy tiene el más grande de los honores con ese ansiado título en mano. Esta es la historia, más que de un club, la de un jugador, la de una herencia, la de un legado, la de un Pitbull, la de una leyenda como lo es el gran Mauro Urbina.

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